Final de la segunda guerra mundial. la cruz roja irlandesa trae a irlanda a más de mil niños alemanes, austriacos, franceses e ingleses para sacarlos de la penuria de la posguerra. En un centro que se construyó en Glencree los curan y los alimentan para sacarlos de la malnutrición. Cuando ya estaban en condiciones, familias irlandesas los acogieron en sus casas y en algunos casos llegaron a adoptarlos.
En el mismo pueblo se encuentra un cementerio alemán en honor a los soldados alemanes muertos en la zona durante la primera y segunda guerras mundiales.